
El cambio de aires de Augusto, sin embargo, no se presenta como una gestión sencilla, puesto que el equipo que quiera disponer de los servicios del internacional deberá negociar con el Celta y con Vélez Sársfield, los clubes que comparten al cincuenta por ciento los derechos económicos sobre el futbolista. Además, hay que recordar que los vigueses de entrada no parecen proclives a deshacerse de un jugador importante en el esquema del equipo y del que quieren adquirir el resto del pase.
La parte económica es el principal escollo que tiene el Villarreal para afrontar el fichaje del jugador. Augusto llegó al Celta en el verano de 2012 por 1,5 millones de euros y firmó por tres temporadas, incluyéndose en su fichaje una cláusula de rescisión de 15 millones. En el acuerdo entre clubes se había acordado en su momento que el Celta debía acceder al traspaso del futbolista en caso de que un tercer club pusiese sobre la mesa una oferta de 5 millones de euros, aunque en un principio esta cláusula se limitaba al año 2013.
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